Ministerio de Ciencia e Innovación

Estamos validando una tecnología puntera que permite cuantificar el impacto de la alimentación en la salud

Cristina Andrés-Lacueva, líder de grupo del CIBERFES en la UB
CIBER | miércoles, 3 de abril de 2019

La investigación en nutrición ha experimentado un cambio sustancial en los últimos diez años con el desarrollo de las técnicas ómicas. Los alimentos contienen miles de pequeñas moléculas cuya cuantificación y caracterización es hoy posible gracias a la validación de estas técnicas. La metabolómica revela información de extrema utilidad sobre la ingesta dietética a la que nos exponemos y ayuda a comprender los efectos metabólicos de los alimentos y los patrones dietéticos, y su posterior asociación con el riesgo de determinadas enfermedades. El grupo del CIBERFES que lidera Cristina Andrés-Lacueva se ha especializado en esta área, poniendo el foco en la relación entre dieta, envejecimiento saludable y síndrome de fragilidad. Su trayectoria investigadora en este campo les ha permitido validar una metodología puntera para cuantificar el impacto de la alimentación en la salud.

-¿Cuáles son las principales líneas de investigación que centran el trabajo de su grupo?

-En el estudio de las interacciones entre dieta y salud, la metabolómica y su aplicación en estudios de epidemiología nutricional desempeña un papel esencial y muy prometedor. Nuestras líneas de trabajo tienen como objetivo la identificación de biomarcadores nutricionales asociados con patrones dietéticos enfocados al estudio de metabotipos, nutritipos y fenotipos de síndrome de fragilidad y envejecimiento saludable.

-¿En qué investigaciones se concreta esta línea de investigación?

-Esta línea de trabajo del grupo se caracteriza por una intensa actividad internacional en la temática de la nutrición y el envejecimiento saludable que se ha concretado a través de diferentes acciones europeas en colaboración. El grupo participa activamente en la iniciativa de Programación Conjunta de la Unión Europea “Joint Programming Initiative Healthy Diet for a Healthy Life” (JPI-HDHL), liderando la representación española en los programas en los que participamos:

En primer lugar, la Acción de Biomarcadores y Salud, proyecto FOODBALL Food Biomarkers Alliance”, un consorcio formado por 22 partners (2015-2018) donde se ha logrado un gran progreso en la identificación de biomarcadores en la evaluación dietética. En FOODBALL, el estudio de los biomarcadores dietéticos se planteó como un enfoque complementario a los métodos tradicionales para el estudio de la ingesta alimentaria y estilo de vida. La metabolómica se ha desarrollado como una tecnología clave para la identificación de estos nuevos biomarcadores.

En segundo lugar, la acción de Microbiota Intestinal, proyecto MAPLE, que plantea el estudio del efecto de un patrón dietético rico en polifenoles sobre la permeabilidad intestinal en ancianos y el efecto en el microbioma intestinal y sanguíneo. Se trata de un consorcio formado por grupos de Italia, Reino Unido y España, (2016-2020).

En tercer lugar, la acción de Nutrición y Cognición, Proyecto D-CogPlast, para la identificación de moduladores dietéticos del envejecimiento cognitivo y la plasticidad cerebral, afrontando el impacto de la dieta en el envejecimiento cognitivo (2016-2020).

Y, como cuarto programa, la acción INTIMIC de Microbiota y Salud, proyecto DiGuMet, para el estudio de metabotipos basados en patrones alimentarios y microbioma en la determinación del riesgo cardiometabólico y la adaptación de estrategias de intervención para la mejora de la salud. Se trata de un consorcio formado por investigadores de Suecia, Italia y España (2017-2021).

-¿Cuál es la relevancia de la investigación en este campo para el avance en el conocimiento de los mecanismos asociados a la fragilidad y su prevención?

-Debido a los fenotipos complejos que se asocian al envejecimiento y la fisiopatología subyacente, la necesidad de biomarcadores robustos y multidimensionales, que permitan caracterizar la complejidad del fenotipo de pre-fragilidad mediante técnicas dirigidas y no dirigidas, ofrece una oportunidad destacable para identificar biomarcadores específicos de la estabilidad de este estado a lo largo del tiempo, incluso avanzar hacia una atención personalizada que nos permita su prevención. En breve, va a ser posible, a través de estrategias multivariantes, monitorizar la progresión del síndrome de fragilidad a lo largo del tiempo, iniciando su diagnóstico en etapas tempranas.

-Estudia el papel de la dieta en el desarrollo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, con un interés particular en la dieta mediterránea y la nutrición personalizada, ¿es el patrón de dieta mediterránea un buen aliado para la prevención de la enfermedad y la fragilidad?

-La evidencia científica es la piedra angular de las recomendaciones dietéticas, y la metabolómica tiene un gran potencial en términos de mejorar nuestra comprensión de los efectos metabólicos de ciertos alimentos y patrones de alimentación saludable, ya sea el mediterráneo, el nórdico, el atlántico, el japonés o el vegetariano, entre otros. Hay claras evidencias científicas que efectivamente avalan estos patrones alimentarios saludables como garante en la prevención del síndrome de la fragilidad.

-¿Qué vías abre la nutrición personalizada?

-En los últimos años, la importancia de las respuestas individuales a las intervenciones dietéticas se ha hecho evidente. Comprender e identificar los perfiles que pueden predecir la respuesta es importante para construir una base de evidencia para el desarrollo posterior de la nutrición personalizada. La aplicación de un enfoque de metabotipificación para caracterizar respuestas diferenciales a las intervenciones dietéticas es, por lo tanto, clave en el avance de la nutrición personalizada.

El fenotipado metabólico ha crecido como una estrategia para reflejar la interacción entre factores ambientales como la dieta, la actividad física y el genotipo. El uso de la metabolómica en el fenotipado metabólico ha abierto la posibilidad de brindar un asesoramiento dietético individualizado óptimo y soluciones de atención médica personalizadas. Paralelamente a este objetivo, la estratificación de la población para estudios epidemiológicos de acuerdo con sus metabotipos (fenotipos metabólicos) es una opción para llegar a segmentos más grandes de la población y retos de salud. Los chequeos médicos actuales dirigidos a marcadores individuales o hábitos alimenticios probablemente serán reemplazados por un análisis más complejo e informativo. Estos análisis revelarán firmas metabólicas individuales mediante un análisis de alto rendimiento y, por lo tanto, brindarán una visión más completa del estado nutricional y de salud. Sin embargo, para lograr el objetivo de la nutrición de precisión o nutrición personalizada, se necesitan más esfuerzos para desarrollar, validar y refinar métodos de evaluación que puedan captar la naturaleza multidimensional de la dieta.

-Uno de sus campos de trabajo abarca el desarrollo de las herramientas digitales en la promoción de hábitos saludables, ¿en qué proyectos trabajan en este campo?

-En el 2016 iniciamos la andadura en un proyecto europeo de innovación por diseño “Cook2Health”, enfocado en brindar una solución digital personalizada de preparación culinaria con el objetivo de motivar hábitos alimentarios saludables y prevención de enfermedades crónicas. El proyecto sostiene un estilo de vida saludable a través de una nutrición sana mediante el uso de herramientas digitales de fácil uso en la cocina. Participamos tres universidades (Barcelona, Grenoble y Aberystwyth en el Reino Unido), coordinadas por el grupo industrial SEB (Francia), el Hospital de Grenoble, y AGIRadom, especialistas en tratamientos a domicilio.

El EIT Health es un consorcio creado en el 2014 como comunidad de conocimiento en Europa, Iniciativas KIC, que comprende un total de más de 140 empresas, hospitales, centros de salud, industria farmacéutica, alimentaria, instituciones de investigación y universidades de catorce países europeos con un presupuesto total de 2.100 millones de euros. España forma parte de uno de los 7 nodos de esta iniciativa y la Universidad de Barcelona participa activamente desde su gestación. Estas Comunidades de Conocimiento e Innovación del EIT, en concreto el EIT Health, se centra en productos y servicios innovadores que se desarrollaran en el área del envejecimiento activo, la mejora de hábitos de vida y los servicios sanitarios (Health care).

Esta oportunidad nos ha permitido desarrollar una tecnología de comercialización para monitorizar el comportamiento alimentario humano, basada en la investigación, que vincula alimentos específicos con resultados de salud. Es decir, podremos ofrecer una herramienta de cribado para determinar de manera fehaciente hábitos de estilo de vida.

-¿Qué papel pueden jugar las nuevas tecnologías en la promoción de la salud en los mayores?

-La ciencia nos ofrece la posibilidad de ir más allá del invento e innovar, nos permite propiciar situaciones que faciliten la habilidad para crear valor económico. Con este sentido iniciamos INJOY “Innovating the Joy of Eating for a Healthy Aging” (Innovando en el placer de comer para el envejecimiento saludable), una iniciativa conjunta de nuestro grupo en la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación y la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona. En el 2018 comenzamos la coordinación europea de este programa de educación del EIT-Health, dirigido a estudiantes y emprendedores, diseñado para facilitar la innovación y el desarrollo de ideas de negocio en nutrición y envejecimiento saludable. A partir de esta acción, tenemos algún caso de éxito que actualmente está en fase desarrollo en el Reino Unido.

La iniciativa fue un éxito, y este año volveremos a organizarla esforzándonos en consolidar su sostenibilidad. Contamos con la participación conjunta de CIBERFES, donde compartimos aprendizaje y retos que nos plantearon los ponentes, Pedro Abizanda y Marta Checa, investigadora del grupo que lidera Leocadio Rodríguez-Mañas, entre otros expertos. A lo largo de las diferentes ediciones hemos contado con instituciones europeas académicas y empresariales, como Karolinska Institute, Nestlé, Abbot, Grupo SEB, Universidad de Grenoble, Universidad de Reading, Casa Ametller y Fundación Alicia.